Para el evento de “Biblioteca Humana por la Memoria y los Derechos Humanos” me pidieron una reseña no académica sino personal. Escribí esto:
Me llamo Jorge Miyagui, estoy cerca a los 48 años. Siguiendo un impulso vital adolescente me dediqué al arte y, aunque ha habido momentos duros, fue una de las decisiones más importantes en mi vida. El arte fue la plataforma para interpelar mi posición en el mundo, luchar por transformarlo, construir puentes, generar afectos, conocer, fracasar, sentirme pleno, sentirme frustrado y andar caminos a veces oscuros, a veces iluminados.
Creí y sigo creyendo que la manera más hermosa de vivir es poniendo un granito de arena para construir un mundo mejor, más justo y solidario. Puse buena parte de mi energía vital en eso: arte crítico, militancia, activismo, colectivos, arte en espacio público, murales comunitarios, exposiciones, talleres…
Hace poco me casé y fui padre: tengo una hija (casi tres años), un hijastro (17 años) y una hijastra (casi doce años). Me llené de nueva adrenalina desde entonces. Cada día una lucha, una transformación. Me esfuerzo en estar a la altura de las responsabilidades y dar lo mejor.
